Hay sensaciones contrapuestas en los productores con la soja, el principal cultivo de Argentina. Mientras las últimas lluvias despejaron el fantasma de «La Niña» y le dieron un impulso a la siembra, el valor internacional sigue cayendo y complica la rentabilidad, dando negativo en campos alquilados, según manejo y zona.
Según informó el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la siembra de la oleaginosa cubre el 64,7 % de la superficie proyectada a nivel nacional (18 millones de hectáreas) y el 97% presenta una condición de cultivo normal/buena tras las últimas lluvias.
Y hasta octubre (momento que empieza la siembra) la soja exhibía un margen que no superaba los 300 dólares por hectárea en campo propio y era negativo en campo alquilado (que representa el 70% de la superficie agrícola) de hasta más de 100 dólares (a un valor de 18 quintales), tomando los datos aportados por la Bolsa de Comercio de Rosario, con rindes de 4.000 kilos y un precio a 285 dólares (la cotización local a Mayo 2025 de ese momento).
Sin embargo, el valor internacional de la oleaginosa siguió su rally bajista en noviembre y en lo que va de diciembre impactando de forma negativa en el mercado local. Este martes, la soja cerró a 265 dólares (Mayo 2025), lo que profundiza las pérdidas en el cultivo. La buena noticia es que el productor puede apostar a subir en el rendimiento tras las últimas para amortiguar las pérdidas por la baja de la cotización.
Según apuntó Catalina Ferrari, analista de la Consultora Planifica+, cuando se presupuestó la campaña sojera en mayo de este año, los precios locales giraban en torno a 300 dólares en la posición Mayo-25. El máximo valor fue de 309 dólares y hoy son valores mínimos desde que comenzó a cotizar.
«A corto plazo, salvo algún problema climático en Sudamérica, estamos con un mercado presionado por buenas condiciones tanto en Argentina como en Brasil para el desarrollo de la siembra y los cultivos y Estados Unidos cerró una buena campaña e incrementos de stocks finales», explicó Ferrari sobre lo que puede pasar hacia adelante.
El economista de la Bolsa de Cereales porteña, Ramiro Costa, agregó que la cotización de soja registró niveles particularmente bajos para la etapa de presiembra, con caída del 15% respecto al año anterior, ubicándose además por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.
«La caída en los precios, junto con una reducción de los costos de los insumos que no fue proporcional, afectó los márgenes brutos, con un deterioro del 26% a nivel nacional en comparación con el ciclo anterior. Al incorporar los costos de alquiler, la situación se torna aún más crítica, limitando la rentabilidad de los productores», afirmó el economista.
El impacto de la baja rentabilidad de la soja también se da por la presión impositiva que tiene el cultivo, con el 33% de las retenciones. El anuncio de Javier Milei sobre la eliminación de las retenciones en 2025 durante su visita a la Sociedad Rural no alcanzó para bajar el enojo de los chacareros.
«Aunque en el último año se implementaron algunas políticas y reformas con impactos positivos, la continuidad de impuestos como los derechos de exportación sigue siendo un desafío para la competitividad del sector, limitando su capacidad de crecimiento», sostuvo Costa.
En este contexto, se atrasaron las ventas de los productores de la campaña pasada. Con una cosecha de 50 millones de toneladas en el ciclo 2023/24, el volumen de negocios por soja de la actual campaña totaliza 33,9 millones de toneladas, con 27,7 millones de toneladas adquiridas por la industria y las 6,2 millones de toneladas restantes por el sector exportador.
Este total representa un 68% del total cosechado este año en nuestro país. Este porcentaje se coloca 15 p.p. por detrás del nivel de la campaña pasada y 8 p.p. menos que a la misma fecha en el promedio de las últimas 5 campañas. A su vez, es el menor registro desde que se cuentan con datos, quebrando el piso de 72% de la campaña 2019/20.
El complejo que más dólares genera
Se estima que el sector agrícola generaría más de 30.000 millones de dólares en exportaciones en la campaña 2024/25, y el complejo sojero aportaría más de 20.000 millones de dólares ya sea en poroto, harina, aceite y biodiésel.