(Pablo Roma, Sindicales) – El próximo jueves 5 de diciembre a las 13 horas, una multitudinaria movilización en la Plaza de Mayo promete ser el epicentro de un nuevo capítulo en la historia del sindicalismo combativo en Argentina. Pablo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, emerge como la figura clave en esta convocatoria que une a las dos vertientes de la CTA, gremios de la CGT y movimientos sociales bajo el lema “La Patria no se vende”.
Tras su reciente salida de la conducción de la CGT, Moyano avanza en la creación de un nuevo frente sindical con gremios afines, como SMATA, liderado por Mario Manrique; los Aeronáuticos de Pablo Biró y Juan Pablo Brey; y los docentes comandados por Hugo Yasky, Sonia Alesso y Roberto Baradel. Esta decisión marca un quiebre con el sector dialoguista de la CGT, encabezado por Héctor Daer y Carlos Acuña, quienes han optado por mantener un canal de negociación con el gobierno.
El respaldo a Moyano se traduce en la participación de sindicatos como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y La Bancaria, así como de movimientos sociales agrupados en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). También se prevé la adhesión de agrupaciones políticas como La Cámpora y La Patria es el Otro, reforzando el carácter opositor de la marcha.
Aunque la CGT no acompañará orgánicamente la movilización, los sectores alineados con Moyano impulsan un paro general que podría tener un impacto directo en el abastecimiento de energía y combustibles. Este desafío pone en jaque al gobierno de Javier Milei, que enfrenta críticas por las políticas de ajuste que, según los gremios, vulneran los derechos de los trabajadores y profundizan la desigualdad.
Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, anticipó que más de 30 gremios estatales se sumarán a la protesta. “El paro del jueves será una demostración de fuerza. Los trabajadores no toleraremos más recortes ni ataques a nuestras conquistas”, afirmó.
La estrategia de Pablo Moyano recuerda el camino recorrido por su padre, Hugo Moyano, durante los años 90, cuando lideró la oposición sindical al menemismo. Ahora, el desafío recae sobre Pablo, quien busca consolidar un frente que reúna a los sectores más duros del sindicalismo argentino, junto con movimientos sociales y sectores políticos afines.
El impacto de esta movilización será significativo no solo en el plano político, sino también en el económico. La posibilidad de un paro en áreas clave como la logística y la distribución de combustibles podría agravar la ya delicada situación económica del país.
La marcha federal del 5 de diciembre será una oportunidad para que Moyano y sus aliados envíen un mensaje claro: la resistencia sindical sigue vigente y está dispuesta a confrontar las políticas que consideran perjudiciales para la clase trabajadora.
En este escenario, Pablo Moyano no solo lidera una protesta, sino que se posiciona como un referente indiscutido de la lucha sindical en un momento clave para el futuro del país. La Plaza de Mayo será el escenario donde se definirán los próximos pasos de una resistencia que no está dispuesta a ceder terreno.