Este jueves, el gobernador Gustavo Valdés recibió en Casa de Gobierno la visita del mandatario de Santa Fe, Maximiliano Pullaro y del cordobés Juan Schiaretti.
El cierre de campaña del oficialismo en Corrientes estuvo marcado por un despliegue político que combinó gestos de proyección nacional con la tradicional cercanía local.
El gobernador Gustavo Valdés recibió a los dirigentes Maximiliano Pullaro, actual mandatario de Santa Fe, y Juan Schiaretti, exgobernador de Córdoba, en un gesto de unidad y respaldo que buscó subrayar el peso de Vamos Corrientes en el escenario federal.
“Recibí a los amigos @maxipullaro y @jschiaretti. ¡Bienvenidos a Corrientes!”, expresó Valdés a través de sus redes sociales, confirmando la relevancia de estos apoyos en la recta final de la campaña.
La presencia de figuras nacionales en el acto de cierre es otro intento del oficialismo correntino de reforzar su posicionamiento no solo en la provincia, sino también dentro de la dinámica política nacional.
La alianza con referentes de otras provincias buscó mostrar a Valdés como un dirigente con capacidad de diálogo y articulación más allá de las fronteras locales, en un contexto donde el peso de las provincias del interior cobra protagonismo frente a los desafíos económicos y políticos de la Argentina.
Además del acompañamiento de Pullaro y Schiaretti, el acto sirvió para remarcar la importancia de la proyección de Corrientes como un espacio clave dentro del mapa político.
En este sentido, el oficialismo procuró dejar en claro que la gestión provincial no se limita a la administración local, sino que se integra a un debate más amplio sobre el rumbo del país.
ESTRATEGIA LOCAL Y CONTACTO DIRECTO
Mientras Valdés desplegaba la dimensión nacional de la campaña, en el terreno local se intensificaron las acciones de contacto directo con la ciudadanía. Juan Pablo, referente del oficialismo, se abocó en las últimas jornadas a recorrer distintos barrios, dialogar con vecinos y reforzar la cercanía que caracteriza a las campañas territoriales.
El objetivo fue consolidar el vínculo con los votantes a partir de una presencia sostenida en las calles, en un tramo final donde cada gesto de proximidad puede inclinar la balanza.
Este esfuerzo territorial se complementó con un discurso más confrontativo de Valdés hacia los principales detractores de Vamos Corrientes.
La estrategia buscó equilibrar el mensaje: por un lado, el contacto cercano con la gente y, por otro, la definición de posiciones firmes frente a la oposición.
En este doble movimiento se evidenció la apuesta oficialista por captar adhesiones tanto en el plano emocional como en el político, reforzando su identidad de gestión y su capacidad de liderazgo.