Slokar: «El dilema global actual es algoritmo o democracia»

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El juez de la Cámara Federal de Casación Penal, Alejandro Slokar, será el único magistrado argentino presente en la edición 31 del Instituto Brasileño de Ciencias Criminales (IBCCRIM) que se desarrollará del 27 al 29 de agosto en San Pablo. 

Se trata  del evento más importante de Latinoamérica en el campo judicial porque reúne a los profesionales e investigadores más destacados en Derecho Penal, Procesal Penal, Criminología, Derecho Penal Económico y Política Criminal. 

El evento se produce en medio de un profundo debate sobre el rol del poder judicial y la Corte Suprema brasileña en el proceso que investiga a Jair Bolsonaro durante el intento de golpe de estado contra Lula, en enero de 2023. 

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El Supremo Tribunal y el juez Alexander de Moraes en particular son los apuntados por el bolsonarismo por lo que consideran una persecución política. Por esto, Trump sancionó a de Moraes con la cancelación de su visa y el congelamiento de sus cuentas e impulsó aranceles a la economía de Brasil como forma de presión. Sin embargo, ni el juez ni el gobierno retrocedieron y Bolsonaro conocerá su sentencia durante la segunda semana de septiembre. 

Brasil lidera una iniciativa mundial en este tiempo en favor de la integridad de la información y la regulación de las plataformas.

Slokar accedió a hablar con LPO sobre su participación en el encuentro. El magistrado reivindicó el rol de la justicia brasileña en la defensa de la democracia y el impulso a la regulación de las redes sociales, que tuvo si pico máximo de tensión en julio del año pasado cuando de Moraes ordenó el bloqueo de cuentas en X de figuras bolsonaristas que desacreditaron el sistema de votación electrónica durante las elecciones presidenciales ganadas por Lula. Luego de idas y vueltas que incluyó la caída del plataforma digital en Brasil, Musk se puso a derecho, entregó las cuentas y pagó las multas correspondientes.

«Brasil lidera una iniciativa mundial en este tiempo en favor de la integridad de la información y la regulación de las plataformas. Se vio en el G20 y en el Foro por la Democracia en Chile de mandatarios progresistas donde también pusieron la agenda la importancia de la regulación democrática de las plataformas a nivel global», señaló Slokar.

«Esto viene de la difusión de la información falsa sobre las vacunas en la pandemia pero también de los discursos de odio, ataques al estado democrático de derecho, la distribución de pornografía infantil, entre otros delitos. El fallo de la Corte brasileña es inédito porque aumenta las responsabilidades de las plataformas por las publicaciones de los usuarios, para proteger a las personas y los valores constitucionales», añadió.

El juez destacó que «el estándar que fija es que los proveedores de redes sociales puedan ser responsabilizados sin necesidad de una orden judicial cuando ejercen un acto lesivo y no lo reviertan. Hace hincapié en hipótesis de terrorismo, inducción al suicidio, tráfico de personas, pornografía y actos antidemocráticos. Si la plataforma no lo da baja tiene que indemnizar». 

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«Tenemos la reconfiguración de un nuevo panorama con la aparición de internet que desborda el entendimiento de un paradigma que estaba conformado con criterios de hace mas de un siglo. Hoy tenemos fenómenos como las noticias falsas y la post-verdad que ponen en crisis la centralidad del paradigma de la ciencia como modo de llegar al conocimiento. Eso se vio claramente con el terraplanismo en la pandemia», señaló. 

Estamos ante el surgimiento de nuevas derecha que utilizan la post-verdad donde la racionalización del debate público le es ajeno. La incorrección política es el post fascismo, grupos que en su narrativa niegan a otros, tienen el odio como estrategia y el mercado lo configura la crueldad como un valor sin tapujos.

«Existe una regulación de facto, reglas impuestas por las empresas que son monopólicas y dueñas. La irrupción de las redes sociales modifica las relaciones sociales y lo que se conoce como el entorno digital, la algoritmización de lo cotidiano, algoritmos que automatizan la información», agregó Slokar.  

El juez relacionó este proceso con «el surgimiento de nuevas derecha que utilizan la post-verdad donde la racionalización del debate público le es ajeno. La incorrección política es el post fascismo, grupos que en su narrativa niegan a otros, tienen el odio como estrategia y el mercado lo configura la crueldad como un valor sin tapujos». 

En este contexto, Slokar consideró que «Alexander de Moraes rompe con un paradigma como es el reclamo de la defensa innegociable de presiones hegemónicas. Es el emblema del resguardo de los intereses de un judicial democrático antes que se destruyan la autodeterminación soberana de un país».

«En esta reconfiguración del mapa de poder global, lo que hay es el surgimiento de un nuevo derecho ante la nueva derecha global y entonces el punto de partida es ese. No creo que hacer frente a los discursos de odio y a la desinformación sea antagónico, es una falsa antinomia. Se fortalece la libertad de expresión en términos de integridad, no sólo de libertad y sobre todo con grupos minorizados que no pueden trascender», destacó. 

«Cuando vos ves que desde el Estado se promueven discursos de odio, no sólo fragmentas la sociedad sino que se erosiona la confianza del Estado que es el garante de los derechos. El mensaje es que los derechos no son para todos, y mañana cualquier otro grupo puede convertirse en el objetivo de esa narrativa», insistió. 

En esta reconfiguración del mapa de poder global, lo que hay es el surgimiento de un nuevo derecho ante la nueva derecha global y el punto de partida es ese. No creo que hacer frente a los discursos de odio y a la desinformación sea antagónico, es una falsa antinomia. Se fortalece la libertad de expresión en términos de integridad, no sólo de libertad y sobre todo con grupos minorizados que no pueden trascender

Slokar sumó la ofensiva de estos grupos a los periodistas: «Hay que tener cuidado cuando se emite desde la voz oficial, desde la instancia estatal, el discurso de odio porque no es solo un problema del que lo sufre sino de toda la sociedad porque se amenaza la convivencia democrática».

Por eso, destacó la decisión de Brasil de enfrentar el poder de Estados Unidos. «Eso no se ve en ninguna parte del mundo. Cuando el poder internacional aparece regulado y alguien fija límites, está enseñando otro porvenir», opinó.

Y negó que el proceso contra Bolsonaro sea otra expresión de lawfare. «El que mas padeció la criminalización fue Lula, no Bolsonaro. Lula lo pagó en prisión. El actual proceso contra Bolsonaro no es lawfare, son crímenes de estado. La extrema derecha busca el amparo y el refugio en la intervención de los EEUU y ahí nace otra disputa que trasciende a Lula y al propio Brasil que tiene que ver con la incidencia de los BRICS».  

Por último, Slokar, advirtió sobre «la conformación de un nuevo registro de poder mundial donde a la cabeza tenes la digitalización y la Inteligencia Artificial, el insumo que necesita ese ámbito que viene de la mano de tierras raras y el desarrollo soberano de un país». 

«El dilema se centra algoritmo o democracia, hay que saber entender y afrontar y esto del nuevo derecho frente a la nueva derecha. En este marco, Brasil enseña», concluyó. 

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