Los palos a Riquelme por el eufórico festejo en el gol de Boca a Racing

11/08/2025 14:07hs. Actualizado al 11/08/2025 14:11hs.

Fue más que un grito de gol. Mucho más. Un grito atragantado, contenido, guardado. De desahogo total. Después de las semanas más duras de su gestión como dirigente. De mal en peor. Golpe tras golpe, desilusión tras desilusión. Sin tocar fondo. Cayendo y cayendo. Cada vez más profundo. Así fue que Juan Román Riquelme estalló como nunca con el gol de Milton Giménez, pese a que no era más que un empate 1-1 ante Racing en la Bombonera por la cuarta fecha de un torneo local.

Su celebración lógicamente se volvió viral y generó muchas críticas en las redes. Porque pocas veces se lo recuerda así en su palco. Eufórico, desatado. Sólo comparable con los festejos tras ganar las elecciones en 2023 o eliminar a River de la Copa de la Liga 2024 en el estadio Kempes de Córdoba. Momentos mucho más trascendentes, por supuesto.

Los poderes de Riquelme

Pero este Román del clásico ante Racing es otro. Uno sin superpoderes, como el Superman que se vuelve humano, le duelen los golpes y le sale sangre. Uno que, como la kryptonita como al hombre de acero, quedó debilitado por la vorágine de malos resultados, eliminaciones, conflictos internos y hasta acusaciones sensibles.

Así, las balas parecen haber penetrado por primera vez y la primera consecuencia fue tener que entregar parte del Consejo de Fútbol, su escudo protector, y quedarse sólo con los integrantes más cercanos a él como el Chelo Delgado y su hermano Chanchi, quienes justamente lo acompañaron el sábado en el palco.

Un Riquelme que llegó al poder diciendo que la Libertadores vale más que diez torneos locales y que si sos bueno tenés que ganar la Libertadores. Un Riquelme que ni celebró el gol de Carlos Tevez a Gimnasia que le dio el primer título de su gestión al ganar la Superliga 19/20. Un Riquelme que se mantuvo inmutable cuando Pipa Benedetto le dio el triunfo a Boca sobre River en el superclásico de 2022 en la Bombonera. Este es un Riquelme al límite, en su hora más complicada como dirigente, y por eso festeja de esta forma un empate.

Los palos a Riquelme por el eufórico festejo de Riquelme en el gol de Boca a Racing

Por esta celebración eufórica lo liquidaron en las redes. «Está más feliz por el empate a Racing que cuando ganaba las Libertadores como jugador», dijo uno. «Que bajo festejar el empate», coincidieron varios. «Contento el presidente por haber llegado a 12 sin ganar, histórico, felicidades», agregó otro. Y así, casi 3.000 comentarios en la publicación de Olé en Instagram con la imagen de su festejo.

«Festeja un empate contra los suplentes de Racing, este es el mismo que decía que Boca está obligado a salir campeón siempre y a jugar la Libertadores todos los años», lo cuestionó otro hincha. «Festeja otro desastre», criticó otro. También hubo comentarios mucho más subidos de tono, con mucha agresividad hacia el ídolo. En una constante de los últimos tiempos, con más críticas que apoyo en las redes.

La realidad es la que transformó a Román y bajó la vara de sus exigencias. Dos años sin jugar la fase de grupos de la Copa Libertadores y un presente momentáneamente afuera de la próxima. Penúltimo en la tabla del campeonato. Eliminado en la fase preliminar por Alianza Lima. Eliminado en la fase de grupos del Mundial de Clubes. Eliminado en 16avos. de la Copa Argentina. La peor racha sin triunfos de la historia del club. Un DT que aún no pudo ganar y está en la cuerda floja por la lógica de los resultados. Y refuerzos que prometían mucho a simple vista, pero por ahora no responden en la cancha.

Riquelme, en su palco de la Bombonera.

Tan bajo cayó Boca que el domingo estuvo puesta la atención en varios partidos que podían dejarlo afuera de los puestos de clasificación a la Libertadores e incluso (Argentinos-Unión), último en la tabla de posiciones de su zona (Barracas-Aldosivi).

Las tribunas de la Bombonera no se prendieron fuego (metafóricamente, sin fuego real, eso sí) como se había anunciado más que con algún cantito contra los jugadores. Lejos estuvieron del incendio de los últimos partidos del semestre pasado cuando apuntaron contra «la Comisión» que no pincha ni corta en un club en el que todas las decisiones las toma el presidente. Como si las dos semanas sin fútbol y la levantada en el segundo tiempo del clásico hubieran bajado la temperatura. Así las cosas, celebrar un empate agónico ante Racing se entiende simplemente por el estallido que evitó en el jardín de su casa.