Boca ya palpita su debut en el Mundial de Clubes 2025 y afina detalles en Miami para el primer cruce frente a Benfica. Dentro de un plantel repleto de nombres con experiencia, hay dos jugadores que destacan por un dato curioso: Javier García y Marcos Rojo ya participaron anteriormente en esta competencia internacional.
Con el regreso de Miguel Ángel Russo al banco xeneize y el debut ante Benfica en el horizonte, ambos futbolistas volverán a vivir un Mundial de Clubes, aunque en un formato totalmente renovado: Javi García lo hizo en 2007, también bajo la conducción de Russo, cuando Boca perdió la final ante el Milan.
En aquella oportunidad, el arquero tenía apenas 20 años, todavía no había debutado en Primera y formó parte del plantel como tercer guardameta, por detrás de Mauricio Caranta y Pablo Migliore. Aunque no sumó minutos, formó parte de un equipo que venció al Etoile du Sahel de Túnez y luego cayó por 4-2 ante un Milan estelar liderado por Kaká e Inzaghi.
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En tanto, Marcos Rojo vivió su experiencia con Estudiantes de La Plata en 2009, cuando los dirigidos por Alejandro Sabella desafiaron al poderoso Barcelona en la final disputada en Abu Dhabi. Con apenas 19 años, ingresó en tiempo adicional para reforzar una línea de cinco defensores después del empate de Pedro.
El exfutbolista de la Selección Argentina, compartió defensa con nombres como Clemente Rodríguez, Christian Cellay y Leandro Desábato, pero el sueño se esfumó con aquel inolvidable gol de pecho de Lionel Messi en el segundo tiempo suplementario.
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Para Rojo, aquel partido fue su primera gran aparición internacional, y ahora, como capitán de Boca, se prepara para afrontar este nuevo desafío con un rol muy distinto. En el caso de García, vuelve a compartir torneo y entrenador, aunque esta vez como suplente de Sergio «Chiquito» Romero y con un recorrido mucho más consolidado en el club.
La lista de 30 futbolistas que presentó Russo incluye jugadores con pasos por Europa, selecciones nacionales y torneos internacionales, pero solo García y Rojo conocen de primera mano la exigencia y la emoción que implica disputar un Mundial de Clubes. Ambos buscarán, desde distintos lugares, dejar una marca en este certamen que promete volver a poner a Boca en el centro del escenario global.
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