La apuesta del Gobierno por el extractivismo minero no deja de profundizarse y, a la par de la expansión de la explotación del litio en el norte del país, la estrategia de ampliación de ese nicho apunta a hacer del uranio otro producto de exportación «estratégico».
Así lo dejó en claro recientemente el mismo presidente, Javier Milei, quien habló de «vender el uranio a quien lo quiera comprar«, aunque siempre poniendo por delante la posibilidad de captar inversiones estadounidenses. El primer mandatario entiende a ese mineral como otra «ventana de oportunidad» más allá de que persisten las preocupaciones ambientales y rigen leyes que impiden la extracción de uranio, sobre todo en Chubut, considerado el distrito clave en cuanto a presencia del material.
«Si vienen a comprarlo, lo vendo. Son ventanas de oportunidad como las tierras raras o el litio. Esto (sobre los recursos nacionales) es para que la gente viva bien, no para que se mueran como ratas y se defienda algo sobre lo que no se tiene idea», declaró Milei hace muy pocos días.
Minería de uranio y el interés de Donald Trump en Estados Unidos
La postura del Ejecutivo nacional, más allá de la retórica de «vender al mundo», pasa por atender el creciente interés de la administración que lidera Donald Trump por garantizarse la provisión de uranio con vistas a las próximas décadas.
De hecho, el control del mineral es tema fundamental del Memorándum de Entendimiento (MOU) que Estados Unidos negocia con Ucrania a cambio de mantener la ayuda militar a la nación de Europa oriental.
Las posibilidades de negocios que busca instaurar La Libertad Avanza (LLA) dependen de que las normativas que rigen en provincias como la mencionada Chubut cambien y habiliten la extracción de uranio.
En ese territorio rige la ley 5001 de 2003 que en su primer capítulo establece: «Prohíbese la actividad minera metalífera en el ámbito de la provincia del Chubut, a partir de la sanción de la presente ley, en la modalidad a cielo abierto y la utilización de cianuro en los procesos de producción minera».
La intención de Milei pasaría, en alianza con el gobernador Ignacio Torres, por cambiar ese marco y ya hay indicios en la tropa empresarial de que los funcionarios actuarán en esa dirección. También se evalúa la posibilidad de extender dicha explotación incluso a Río Negro.
Respecto de esto último, y a tono con la expectativa renovada en torno al mineral, la minera canadiense Blue Sky Uranium acaba de aliarse con Abatare Spain, del holding de empresas que controla Eduardo Eurnekian, para explotar uranio y vanadio en el proyecto Ivana.
«Blue Sky y COAM (Corporación América) firmaron recientemente un acuerdo mediante el cual el grupo argentino financiará gastos por 35 millones de dólares para adquirir una participación indirecta del 49,9% en el yacimiento Ivana«, informaron las empresas hace escasas semanas.
«Posteriormente, COAM tendrá derecho a adquirir hasta un 8 0% de participación en Ivana Minerales tras la finalización de un estudio de factibilidad y la financiación de los costos y gastos hasta por 160 millones de dólares para desarrollar el proyecto hasta el inicio de su producción comercial», añadieron.
Uranio: buscan activar la extracción en el interior del país
Ya en Chubut, representantes de la Cámara de Proveedores y Empresarios Mineros (CAPEM) anticiparon que prevén el desembarco de un grupo de hasta 5 compañías internacionales que buscarán participar de la actividad del uranio a partir del segundo semestre.
«La exploración del uranio va muy bien. Hay empresas trabajando, y otras se van a sumar con más fuerza a partir de mitad de año», dijo al respecto Gerardo Cladera, titular de esa organización.
Desde la CAPEM afirman que la extracción de uranio a nivel doméstico permitirá, ya en una instancia inicial, terminar con las importaciones del mineral que la Argentina realiza desde Kazajistán para abastecer a las centrales nucleares del país.
«Del lado rionegrino, como en Calcatreu, ya están construyendo», afirmó el directivo.
Vale señalar que, aunque sin mayor actividad, los principales yacimientos de uranio del país se encuentran bajo control de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y se distribuyen entre las provincias de Salta, Mendoza, Chubut, Río Negro y La Rioja.
La intención oficial pasaría por ceder esas áreas hoy bajo control nacional a las respectivas provincias para, en el mediano plazo, promover el arribo de inversores internacionales.
Las expectativas de LLA chocan de frente con las normativas vigentes en la mayoría de esos distritos, que anteponen la seguridad ambiental al negocio minero. Consciente de esto, el Gobierno nacional confía en que estrechar lazos con los gobernadores de esas provincias terminará por allanar el camino para reimpulsar la extracción de uranio.