Se cumplen este miércoles 21 años del estreno de este film de Charly Kaufman ganador de dos Oscars a mejor guión y actriz. Protagonizada por Kate Winslet y Jim Carrey, cuenta la historia de una pareja que quiere borrarse del recuerdo tras la separación. Y de la máquina que es capaz de lograrlo, aunque en algún momento pueda fallar.
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Cuenta la leyenda que Winslet y Carrey construyeron un vínculo peculiar para lograr esa intimidad del film.
Todo comenzó con dos superestrellas como Kate Winslet y Jim Carrey, la primera consagrada luego de «Titanic», sólo un disparador a ofrecer enormes trabajos hasta «Mare of Eastown», y el segundo el más pochoclero del condado tras «Tonto y retonto» o «The Mask», pero con una incursión al cine de culto con «Truman show».
Esta es la dupla impensada pero craneada por Charly Kaufman, quien los puso en la piel de Clementine y Joel, una pareja que se separa y decide borrarse. Acaso con germen de la idea de «Intensamente» y esos recuerdos centrales que no se borran o se tiñen de otras emociones, este film proponía justamente una empresa que se ocupa de borrar personas de los recuerdos. En «Intensamente» los recuerdos alegres se destiñen de azul cuando se entristecen, en esta es posible que una persona de un recuerdo central pueda ser erosionada y anulada. «Delete» y directo a la papelera de reciclaje.
Se cumplen 21 años del estreno de «Eterno resplandor de una mente sin recuerdos»
Como un intento de evitar el dolor o el duelo, al comienzo de la película pueden verse personas en la sala de espera, sentadas con cajas llenas de objetos asociados a la persona a olvidar. Lo material como puente al recuerdo y al olvido. Esta película de culto y ganadora de dos Oscars (mejor guión y mejor actriz) orilló toda clase de tópicos, desde la complejidad de las emociones a la metamorfosis de los sentimientos. Daba por tierra cualquier idealización adolescente de la pareja, los amigos, y se transformaba en algo más real.
El film marcó un hito a nivel artístico, desde el guión de Kaufman («Quieres ser John Malcovich», «Ladrón de orquídeas», sobre el bloqueo de un escritor, con Nicolas Cage), la no linealidad en el relato, tan propio de las series actuales y que marcó un punto de partida hace ya 21 años . Las imágenes surrealistas construyen la trama a través de la sensorialidad. El funcionamiento de los recuerdos y la posibilidad de poder meterse en ellos, un recorrido a la propia línea de vida como una escenografía que visitar.
Como en «Intensamente», un recuerdo se superpone con el otro y va invadiendo el anterior modificándolo: pero en el film de animación familiar la historia gira en torno a Riley, mientras aquí el efecto de la lluvia de otro recuerdo que irrumpe en el living o la cama o la nieve no son tan accesibles a la comprensión del espectador.
Los personajes huyendo de la máquina que borra, escondiéndose en los recuerdos más ocultos, los más dark o vergonzantes, son de una poesía y creatividad únicas. Es que en medio del proceso de olvido el personaje de Joel se da cuenta que quiere detener el tratamiento e intenta parar y bajarse, borrándose del mapa del recuerdo marcado para que no lo puedan encontrar.
Cuenta la leyenda que Winslet y Carrey construyeron un vínculo peculiar para lograr esa intimidad, en tanto los personajes secundarios, los empleados freaks nerds, y el jefe, son vitales, chispeantes y singulares. Aunque Joel y Clementine se borran, se vuelven a encontrar y nuevamente se sienten atraídos. Esa química irrefrenable, el destino, el karma o lo inevitable.
«Eterno resplandor de una mente sin recuerdos» puede verse en Netflix.