El pasado miércoles, un trágico accidente aéreo ocurrió cerca del Aeropuerto Nacional Reagan en Washington, DC, cuando un avión de American Airlines y un helicóptero Black Hawk del ejército de los Estados Unidos colisionaron en pleno vuelo.
Se teme que no haya sobrevivientes, y hasta el momento, se han recuperado 28 cuerpos, de los cuales 27 pertenecían al avión comercial y uno al helicóptero militar. Las autoridades están trabajando en una operación de recuperación para encontrar los restos de las víctimas.
El avión, que volaba desde Wichita, Kansas, llevaba a bordo a 64 personas, mientras que el helicóptero transportaba a tres soldados. Entre las víctimas se encuentran varios miembros de la comunidad del patinaje artístico, incluidos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, campeones mundiales de patinaje en pareja en 1994.
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El presidente Donald Trump expresó su pesar por las víctimas en una rueda de prensa en la Casa Blanca y pidió un momento de silencio para rendir homenaje a los fallecidos. Además, el presidente destacó que no hay sobrevivientes.
También se refirió al incidente como una «noche oscura y angustiante» para la nación. Aunque se desconocen las causas exactas del accidente, Trump afirmó tener «opiniones fuertes» sobre lo ocurrido y sugirió que se tomaran medidas para evitar que algo similar vuelva a suceder.
La investigación está siendo liderada por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), mientras que la Administración Federal de Aviación (FAA) también está involucrada en el análisis del incidente.
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La FAA había estado sin un líder definitivo tras la salida del administrador Mike Whitaker en la administración anterior. La NTSB y la FAA comenzarán a examinar los datos y las comunicaciones entre las dos aeronaves involucradas para determinar las causas exactas del accidente.
A pesar de las especulaciones, tanto la NTSB como los expertos han advertido que es prematuro llegar a conclusiones sin la información completa, aunque todas las posibilidades son probables.
El helicóptero Black Hawk involucrado en el accidente estaba realizando un vuelo de entrenamiento anual, con una tripulación experimentada que utilizaba gafas de visión nocturna.
El helicóptero formaba parte de la 12ª Batallón de Aviación del Ejército, que operaba con frecuencia cerca del Aeropuerto Nacional Reagan. Los helicópteros militares que sobrevuelan esa zona suelen volar a baja altitud para evitar la congestión del espacio aéreo.
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El piloto de American Airlines también era experimentado, según declaró la aerolínea, y la compañía precisó que el vuelo estaba siguiendo su ruta estándar cuando ocurrió la colisión. Sin embargo, el CEO de American Airlines insinuó que el helicóptero podría haber estado fuera de su ruta, sugiriendo que fue el principal responsable de la colisión.
A pesar de que ambos vuelos seguían patrones de vuelo estándar, el Secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, reconoció que el incidente podría haber sido prevenible.
Duffy subrayó que las autoridades continuarán la investigación antes de tomar decisiones sobre posibles cambios en los procedimientos de seguridad o regulaciones de tráfico aéreo.
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Al mismo tiempo, el presidente Trump, culpó a las políticas de las administraciones anteriores, especialmente las de Barack Obama, por lo que consideró estándares «mediocres» en la calificación de los controladores de tráfico aéreo.
En los últimos años las calificaciones realizadas a quienes debían pilotear distintas aeronaves de las fuerzas armadas, no requerían de gran preparación, gracias a las políticas progresistas no basadas en el mérito de Joe Biden.
Expertos en aviación han señalado que el sistema de control de tráfico aéreo de Estados Unidos necesita mejoras sustanciales. Mike Boyd, presidente del Grupo Boyd Internacional, llamó a una reforma inmediata de la FAA, argumentando que el sistema de gestión actual de la agencia pone en riesgo la seguridad.
Boyd subrayó que, aunque existen problemas humanos involucrados, la responsabilidad final recae en el control del tráfico aéreo, que tiene la misión de evitar accidentes como este. Sostuvo que este incidente debería ser un «despertar» para la administración de la FAA, pidiendo cambios inmediatos para evitar futuras tragedias.
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El sindicato de trabajadores de fontanería y calefacción UA Steamfitters Local 602 también confirmó que cuatro de sus miembros fueron víctimas del accidente. La organización expresó su dolor y prometió apoyar a las familias de las víctimas.
En el Congreso, el representante demócrata Rick Larsen pidió cautela y evitó especulaciones sobre la causa del accidente, destacando la importancia de dejar que la NTSB realice su trabajo antes de discutir posibles respuestas políticas. Larsen lamentó la tragedia y extendió su apoyo a las familias afectadas.
Este accidente marca uno de los peores desastres aéreos en Estados Unidos desde 2001 y ha generado una profunda reflexión sobre la seguridad en el espacio aéreo, la coordinación entre las diferentes aeronaves que operan en áreas congestionadas como el corredor cerca de Washington, DC, y la eficacia del sistema de control de tráfico aéreo.
Las investigaciones están en curso, y se espera que los resultados proporcionen una mayor claridad sobre lo ocurrido. Mientras tanto, las autoridades continúan recuperando los cuerpos y ofreciendo apoyo a las familias afectadas por esta tragedia.