(Pablo Roma, Congreso Nacional) – La tensión en el Congreso crece y las sesiones extraordinarias convocadas por el gobierno podrían naufragar debido a la postura intransigente del bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto. En una jugada política calculada, el rionegrino exigió la inclusión del Presupuesto 2025 en el temario, dejando en claro que, de no ser así, su bancada no dará quórum.
En un clima que expone cada vez más el alejamiento de los sectores “dialoguistas” de su rol tradicional, Pichetto parece decidido a forzar al oficialismo y al bloque de Javier Milei a tomar una posición concreta sobre el Presupuesto. “Lo único que nos unifica por ahora es no dar quórum”, aseguró un legislador de Encuentro Federal, el espacio que lidera el rionegrino. Según confiaron fuentes internas, esta postura fue ratificada en una reunión privada de la bancada.
Además, Pichetto habría rechazado una invitación a la Casa Rosada para discutir el tema junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los líderes de los bloques de PRO y la UCR, Cristian Ritondo y Rodrigo De Loredo, respectivamente. “Hay que fortalecer el Congreso, la discusión se tiene que dar acá”, habría sido el mensaje contundente que transmitió al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, en una reunión en su despacho.
Si bien Pichetto no explicitó cómo actuarán en caso de que Milei acepte incluir el Presupuesto en el temario, su amenaza de no colaborar con el quórum pone en jaque la convocatoria oficialista. Esta tensión también podría arrastrar a sectores del radicalismo ligados a Facundo Manes y a algunos peronistas independientes, complicando aún más el panorama.
Desde el oficialismo temen que la estrategia del bloque de Pichetto sea parte de una maniobra más amplia para erosionar la capacidad de gestión del Ejecutivo. “El diálogo está cada vez más condicionado por intereses que poco tienen que ver con las urgencias del país”, señaló un funcionario cercano al Presidente.
Con un calendario apretado y sin margen para demoras, el gobierno enfrenta un dilema: ceder a las presiones y agregar el Presupuesto al temario, o arriesgarse a que las extraordinarias fracasen, debilitando su capacidad para avanzar en otros proyectos clave.