La familia del poeta y editor mexicano Julio Trujillo, que había sido reportado como desaparecido el pasado 10 en Inglaterra, informó que la policía británica había encontrado este jueves el cuerpo sin vida de Trujillo en Sennen, un pueblo costero del condado de Cornualles. El autor, de 55 años, residía desde hace algunos años en Inglaterra. La noticia, cuyo impacto trascendió la escena literaria de México, fue confirmada por la familia del escritor luego de que la policía británica les notificara el hallazgo del cuerpo.
Trujillo había nacido en Ciudad de México el 16 de septiembre de 1969 y era padre de dos hijos: Ana y Santiago Trujillo Carreño, que residen en México con su madre, la editora Tania Carreño. Había sido visto por última vez en el área de Mousehole Nr. Penzance en Cornualles. Su desaparición generó preocupación tanto en su familia como en la comunidad literaria mexicana. La policía de Devon y Cornualles había emitido una cédula de búsqueda para localizar a Trujillo.
La Embajada de México en el Reino Unido también intervino y se mantuvo en contacto con las autoridades británicas y los familiares que aún deben identificar el cuerpo de manera formal. Si bien no se dieron a conocer detalles sobre las circunstancias de la muerte del escritor, la familia aseguró que la muerte de Trujillo no se investiga como sospechosa.
La última publicación de Trujillo en X, el 10 de enero, fueron dos versos del poemario Sindbad el varado del poeta mexicano Gilberto Owen: “Ya no va a dolerme el mar, / porque conocí la fuente”. Y dos días antes: “…cuando yo muera / de vida y no de tiempo…”, de la “Epístola a los transeúntes”, del poeta peruano César Vallejo.
Diferentes instituciones culturales de México difundieron comunicados en redes sociales tras conocerse la noticia, entre otras, la Secretaría de Cultura del gobierno mexicano y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Julio Trujillo (1969-2025), destacado poeta y editor mexicano, cuya labor en las letras y la edición dejó una marca invaluable en la literatura contemporánea. Compartimos la pena de su partida con su familia, amistades y la comunidad literaria”, se lee en la cuenta de X de la FIL de Guadalajara.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura también se refirió a la muerte del poeta. “El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura lamenta el deceso del poeta y editor Julio Trujillo. En libros como Una sangre, El perro de Koudelka, Bipolar, o Jueves articuló una búsqueda por desentrañar lo esencial”. También la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, la editorial Alfaguara y la revista Letras Libres despidieron al escritor en redes sociales, al igual que autores mexicanos como Guillermo Arriaga, Rosa Beltrán, Julián Herbert, Jorge F. Hernández, Isabel Zapata y Luigi Amara.
“Ahí están sus poemas, a veces muy buenos, a veces deslumbrantes, y los testimonios de su generosidad. Ahora, no quepo más que en mi duelo”, dijo a este diario el escritor mexicano Álvaro Enrigue, amigo de Trujillo de toda la vida.
Trujillo estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En 1994, obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino por Una sangre. Fue becado en varias ocasiones y desde 2004 era miembro del Sistema Nacional de Creadores. Publicó libros de poemas y ensayo, y trabajó como editor de suplementos y publicaciones culturales, como Revista Mexicana de Cultura, El Huevo y Letras Libres.
Fue autor de los libros Proa (2000), El perro de Koudelka (2003), Sobrenoche (2005), Bipolar (2008), Pitecántropo (2009), Exprofeso (2010), La burbuja (2013), El acelerador de partículas (2017) y Jueves (2020). En noviembre de 2024 había recibido el Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro por su obra Detrás de la ciudad y antes del cielo.
“Julio Trujillo escribe con rasgos diáfanos, bien perfilados: está muy lejos de las oscuridades o las complejidades inútiles de cierta poesía moderna, verbosa y confusa -sostuvo el poeta y editor mexicano David Huerta-. Realmente le interesa decir cosas, y presentar con claridad esas cosas a las que alude, que describe, que intenta explorar desde distintos ángulos, y esas cosas peculiares que son sus propios poemas. No se pone dócilmente del lado de la ‘poesía fácil’ porque lo que hace no es sencillo ni simple. Ha entendido cómo un poema es un objeto de combinaciones inéditas que hacemos ingresar en el mundo, como los hronir de Tlön”.
Un poema de Julio Trujillo
Celebración de las cosas
Y las cosas se apoyan en mí, / como si yo, que no tengo raíz, / fuera la raíz que les falta. Roberto Juarroz
Dispuestas en la mesa las cosas se enarbolan,
la mesa se enarbola con las cosas.
—
En un segundo espléndido
se colma el lomo de ávidos emblemas
buscando el ojo que los cifre
y los detenga.
Blanden su cuerpo estricto,
danzan la danza de su forma persuasiva,
se inflaman hasta el filo de sus lindes
y hacia adentro,
hacia su corazón de cosa ilusionada.
Me cortejan.
—
No estoy aquí sino en la cosa,
la doto del impulso de mi sangre
y la echo a andar hacia su centro:
la cosa crece alas,
vuela en el cielo íntimo y preciso
de su carne,
celebra coincidir con ella misma,
corresponder al ritmo de su ritmo,
ser la armonía,
el centro de las cosas.
—
No existe afuera ni mañana ni porqué,
todo es las cosas reinando en el instante,
el cántico de estar
y pronunciarse,
lo más pequeño y su pancarta:
el alfiler altivo
en su menudo coto de dolor,
el clip solícito,
la astilla saltimbanqui,
el feo pero tenaz pisapapeles.
—
Todo es lo que los ojos manifiestan,
y todo lo demás desaparece.
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