Los barrios de la ciudad de Corrientes homenajearon al “santo de los humildes” con juntadas familiares y vecinales. Los tradicionales arroz con pollo comunitarios fueron la ofrenda preferida para dar gracias “por los favores recibidos” y “milagros imposibles”.
Trémulos estandartes colorados se alzaron en el firmamento en medio de estruendosos fuegos artificiales pasada la medianoche. Acto seguido, la luz de miles de velas rojas iluminaron las imágenes de una devoción popular en todos los altares y ermitas de la ciudad.
Una figura milagrosa, aquella, que según sus devotos, atiende pedidos urgentes e imposibles, fue homenajeada por medio de juntadas, actuación de conjuntos musicales, almuerzos y cenas gratuitas para centenares de personas. Los más humildes, los marginados, pero sobre todo gente con mucha fe estuvo ayer de fiesta.
Sin importar comentarios de quienes restringen la devoción solo a figuras consagradas por la Iglesia Católica, el fervor por Antonio Mamerto Gil Nuñez, más conocido como el Gauchito Gil, no fue privativo de los miles de devotos que pasaron por su santuario en Mercedes. La ciudad de Corrientes celebró ayer al santo pagano a través de distintos festejos familiares y de amigos en los barrios.
Como es costumbre todos los años, hubo reuniones, shows musicales, degustaciones gastronómicas, y oraciones al pie de distintos altares y ermitas. Diario época recorrió distintos hogares del sur de la capital que todos los años le rinden honores al santo. Los protagonistas dieron testimonios exclusivos y atestiguaron sus creencias.Previous
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Los barrios del Sur
Vanesa López de 41 años organizó una fiesta para familiares, vecinos y amigos en su casa ubicada sobre calle Zárate al 801, en el barrio Quilmes. “A través de mi marido, José Luis Lagru, quien ya falleció hace diez años, conocí al Gaucho. Él había prometido que si curaba a uno de nuestros hijos de tres años de una enfermedad en la piel, llevaría su cabello al santuario de Mercedes. Afortunadamente, nuestro hijo tiene ahora 21 años y está sano”, contó su experiencia.
Vanesa siguió la tradición de su marido y ahora organiza fiestas con conjuntos, comida y una torta con la figura del santo popular. A su vez, diseña camisetas con la imagen y las regala. Desde el mediodía pasaron por la casa familiar “Gaspar y sus Picantes”, “Ilusionados” y “Maxi y los Chicos 10”, entre otros grupos.
En la esquina de Cosquín y Tres Sargentos, en el barrio Juan XXIII, Ramón Fernández sirvió ayer su tradicional arroz con pollo para 750 personas, distribuido en tres paelleras .”Mucha gente pasó desde la mañana a colocar sus velas en el altar. Y por la noche cualquier persona pudo acercarse a comer en el lugar o bien llevar a su casa”, dijo.
Otra de las grandes celebraciones que incluyeron arroz con pollo para cientos de creyentes estuvo a cargo de la familia Rodríguez, sobre avenida Iberá casi Ciudad de Arequipa, en el barrio Juan XXIII. “Hace 15 años rendimos culto al Gauchito. La idea principal es cocinar el almuerzo para 400 personas al mediodía”, contó Gabriel “Tito” Rodríguez.
Un punto obligado en el sur de la ciudad es la ermita situada sobre avenida Iberá entre Crespo e Igarzabal, frente a la casa de la familia Cosimi. A la medianoche, decenas de fieles se acercaron para saludar a la imagen y brindar una salva de bombas. Mientras que durante todo el día, los vecinos llevaron sus velas, agradecimientos y pedidos a los pies del santo pagano.Previous
Uno de los cuidadores del altar, identificado como “Safari”, sostuvo que la reconstrucción de la ermita, que fue demolida para ensanchar la avenida Iberá, será un realidad en los próximos meses. “Tras la presentación de varios pedidos, tenemos una promesa del Gobierno provincial para su edificación una vez que se asfalten las calles paralelas”, adelantó.
Así fue como un año más la devoción popular, aquella de los pobres, de las familias más humildes, se expresó con estos coloridos festejos.