Las estaban esperando y al fin llegaron. Aquellos que se apostaron en la costa, armaron el campamento e hicieron sus primeros intentos tuvieron su merecido premio: las primeras corvinas negras grandes de la temporada bajo la modalidad fondeo, a unos 300 metros de la costa, en el sector conocido como la Piedra del Vidalero. La zona de pesca se ubica en la unión de la localidad de Mar Chiquita con Mar de Cobo.
El contacto entre la albufera y el mar y el constante movimiento de agua es un ecosistema ideal para que las negras encuentren la comida que necesitan en su migración. Es por eso que las playas de Celpa (en la boca, cruzando el Balneario Parque) y dentro de la propia laguna, se venían logrando capturas de varias moritas y algunas un poco más grandes también. Incluso ya había arrancado en General Lavalle, en el norte de la provincia de Buenos Aires, la meca de la pesca deportiva de la corvina negra.
Estas primeras jornadas no han sido de una excelente pesca por cantidad, pero al menos dos o tres cañas por campamento tuvieron respuesta. Por las difíciles condiciones climáticas, la mayoría de las líneas se ubicaron más cerca de lo habitual pero aun así hubo capturas. La especie se está alimentando, de hecho, varias de ellas tenían en su interior una importante cantidad de mejillón. Como es habitual, el cangrejo colorado bien fresco es la mejor carnada.
Son las primeras y la historia recién comienza, pero es un buen augurio. Las próximas semanas serán determinantes, pero hay expectativa porque parece que el buen tiempo llega para quedarse y con ellos se esperan condiciones de mar un poco más estables y propicias para la faena. Al fin de cuentas las corvinas negras ya están ahí, cantaron presente y asomaron tal y como se esperaba. Sólo resta ir por ellas.