Una multitud presenció el festival artístico. Chamamé, cumbia y carnaval volvieron a ser ofrendas para “agradecer” al patrono del Camba Cuá. “Bocha” Sheridan y Piko Frank, los más ovacionados. Miles de personas acompañaron el desfile de tambores.
Una extensa caravana de fieles volvió a ponerle color afrodescendiente a las calles del barrio Camba Cuá, donde ayer desde la ex Usina Eléctrica (Costanera) hasta el tradicional parque desfiló al ritmo del bailecito y el sonido de los tambores, para hacer las reverencias a San Baltasar. Orillando la medianoche de ayer, la extensa delegación del “santo negro” arribó al escenario del Camba Cuá.
Una oleada de bailarines y percusionistas de distintas provincias de Argentina, e inclusive una visitante del viejo continente, la bailarina rusa Daria Zakharova, vestidos de atuendos tradicionales cumplieron con el antiguo ritual. “Ya visite la Fiesta Nacional del Chamamé en 2020, luego en tiempo de pandemia celebramos la fiesta virtual del chamamé en Moscú, y me quedaba disfrutar de esta celebración”, dijo la bailarina que ya conocía Corrientes. “Fue un sueño para mí poder ser parte de esta celebración”, agregó.
La tradición manda que los parches de cuero se deban tensar en fuego, y por ello, los instrumentos recibieron la bendición en el Temple de Tambores. La fogata en la vereda del viejo generador de energía de la ciudad (costanera), ardió con la misma temperatura del entusiasmo de los cientos de participantes de la tamboreada.
La extensa fila recorrió las calles del barrio, visitando los distintos altares y rindiendo el primer homenaje a Fausto Caballero, un personaje que cada año llevaba atuendo del rey santo y al que todos conocían como “Chinchín”. También una parada emotiva fue en casa del fallecido Pedro del Prado, donde los músicos compartieron el tema “Pomberos, del desaparecido compositor.
Así fueron bailando y tocando, inundando de rezos-bailes al ritmo de charanda y candombes, melodías que identifican la cultura afrodescendiente en Corrientes. Una postal maravillosa, excitante, de una columna de fieles, como si fuera una inmensa víbora, que se trasladó por toda la geografía del Camba Cuá. La gran parada fue la ermita del parque, donde se recibió el 6 de enero, Día de San Baltasar.
Fiesta cambá
La segunda jornada de la Fiesta de San Baltasar volvió a tirar sobre la “parrilla” destacados artistas que volvieron a sacudir el pileton colmado de público del parque Camba Cuá. El espectáculo tuvo de todo, danza, homenajes y música, entre chámame cumbia y carnaval.
El domingo inició con la intervención del Ballet Contemporáneo Municipal, que propuso un show coreográfico reflejando la devoción al “negro”. Más tarde, se presentó el destacado dúo Pablo Delvalle y Willy Fernández, que compartió un puñadito de clásicos y la presentación de una obra a San Baltasar.
Pero la primera estampida de ovación llegó con la presencia de La Pilarcita. De atuendo campestre, como acostumbra, la joven acordeonista hizo estragos desde el escenario y más aún cuando bajó a tocar entre el público. Un espectáculo que se lleva miles de imágenes en fotos y videos.
La juventud estaba ansiosa de música tropical y sus pares generacionales de Sabor a Cumbia, desataron la locura.
El chamamé, género musical por excelencia en Corrientes, volvió a ser tributo al santo y el encargado de regalar canciones fue el músico Piko Frank que abrió fuego con la complicidad del público que lo esperaba. No se quedó solo con el género correntino y recorrió obras del cancionero folclórico, especialmente las chacareras.
Ya lo de Santiago “Bocha” Sheridan fue sobredosis de chamamé. Su presentación no deja de sorprender y el público lo acompaña y se emociona junto a él. La fiesta estuvo a cargo de dos protagonistas de la noche, por un lado la agrupación musical Samba Total y por el otro, la diosa chaqueña Gissela que recorrió en canciones lo mejor de su repertorio tropical. El domingo tuvo un show amplio en gusto que dejó satisfecha a la multitud.