(Correponsalia Buenos Aires) – A pocas horas de comenzar el 2025, el panorama para los usuarios de menor poder adquisitivo en Argentina se complica aún más con el anunciado aumento del precio de la garrafa de 10 kilos. Este insumo esencial para calefacción y cocina en miles de hogares alcanzaría un costo de $14.000 en las distribuidoras, lo que representa un nuevo golpe al bolsillo de las familias más desfavorecidas.
El precio del gas envasado ya había registrado un fuerte incremento en diciembre de este año, cuando subió un 23,5% respecto a los valores de agosto. En ese momento, el costo de la garrafa pasó de $8.500 a un rango de entre $10.500 y $11.500 en puerta de distribuidora. Este nuevo ajuste, previsto para los primeros días de enero, profundiza la tendencia alcista que desde hace meses viene afectando a quienes dependen de este recurso básico.
En un contexto de elevada inflación y caída del poder adquisitivo, el aumento del precio de la garrafa afecta de manera desproporcionada a las familias de menores ingresos, particularmente en regiones donde no llega el gas natural por red. Para estas comunidades, el gas envasado es muchas veces la única fuente de energía disponible, lo que las coloca en una situación de extrema vulnerabilidad ante estas subas.
Por ejemplo, una familia que necesita consumir dos garrafas mensuales deberá destinar aproximadamente $28.000 al mes, una cifra que representa un porcentaje significativo de los ingresos de los sectores más precarizados.
Aunque existe un sistema de subsidios para las garrafas a través del Plan Hogar, su alcance y efectividad han sido puestos en duda. Según expertos, los montos del subsidio no han seguido el ritmo de los aumentos de precios, dejando a muchas familias sin el apoyo necesario para cubrir sus necesidades energéticas básicas.
“Es urgente que el gobierno implemente medidas más eficaces para amortiguar el impacto de estos incrementos. La población más vulnerable no puede seguir soportando estas alzas sin un alivio significativo”, señaló un representante de organizaciones sociales que trabaja en barrios populares.
El aumento de enero podría no ser el último del año. Analistas del sector energético advierten que los costos de producción y distribución, sumados a la incertidumbre macroeconómica, podrían generar nuevos ajustes en los próximos meses, lo que agravaría aún más la situación.
Mientras tanto, miles de familias enfrentan un dilema cotidiano: recortar otros gastos esenciales, como alimentos y medicamentos, para poder garantizar el acceso al gas envasado.
La expectativa está puesta en cómo las autoridades y los nuevos representantes del gobierno responderán a esta problemática, que sigue poniendo en jaque a los sectores más postergados de la sociedad argentina.