Torrelavega, 19 dic (EFE).- El Museo de Altamira celebrará cien años de historia de su primer edificio, conocido como la Casa de 1924, construida en estilo montañés, que fue la casa del guía de la cueva original y se incluyó dentro de un proyecto para conservar la cavidad tras ser declarada Monumento Histórico Artístico ese año.
Para esa efeméride, habilitará el espacio «Vínculos. Altamira y la arquitectura montañesa», para trasladar al visitante a ese momento histórico mediante recortes de prensa y postales que recogen las imágenes de ese primer edificio que ahora alberga la zona de acogida a los visitantes previo a la cueva.
Junto a ello, este año que acaba se conmemora también el centenario de la declaración de la cueva de Altamira como Monumento Histórico Artístico, junto con más de una veintena de sitios repartidos por toda la geografía española, según informa el museo nacional en un comunicado.
El material que se exhibe hace revivir al visitante momentos históricos a través de postales del que fue el primer Museo y casa del guía de Altamira, junto con un fragmento del acta de 1925, en el que se entregaba la obra finalizada a la Junta de Administración y Exploración de la cueva de Altamira.
Entre las imágenes más curiosas de este primer Museo se encuentra una fotografía de 1925 (donación de Gitta Knümann), con un grupo de personas posando delante del arco de entrada todavía en obras, y otra del interior de una sala, que ilustra el relato de la visita de Luis Martínez Kleiser.
Actualmente, la Casa 1924 está integrada en el recinto del Museo y, tras varias reformas, está todavía en uso albergando el espacio de acogida a los visitantes previo al acceso a la cueva de Altamira.
Para la construcción de la Casa 1924 se optó por el estilo montañés, corriente historicista de moda en la región a principios del siglo XX.
En su construcción destacan elementos de la arquitectura montañesa, como los muros de sillería con sillares enmarcando los vanos, cubierta a dos aguas con aleros pronunciados y una solana de madera que recorre la primera planta.
El edificio se incluyó en un proyecto más global para conservar la cueva de Altamira, obra del ingeniero Alberto Corral Alonso de la Puente (1861-1942).
Este planteaba intervenciones para evitar la condensación de agua y filtraciones en la cavidad, reforzar la estabilidad de la roca y facilitar el recorrido interno. EFE
jgp/mg/jdm