En el acto por el «Día de la Lealtad» el gobernador defendió a la ex presidenta pero envió una señal de autonomía, con tono de candidato presidencial
17/10/2024 – 20:10hs
En medio de la tensión con Cristina Kirchner, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, aprovechó el acto más emblemático del peronismo para mostrar que no tiene intenciones de enfrentarse con la ex presidenta pero sí de independizarse de su liderazgo y empezar a hablar como «iguales», al margen de la interna del PJ y con una posible candidatura presidencial en el horizonte de 2027.
Kicillof encabezó el acto por el «Día de la Lealtad» en la localidad bonaerense de Berisso acompañado por funcionarios de su gobierno y dirigentes sindicales, entre ellos la cúpula de la CGT. Los gremios y varios intendentes del conurbano movilizaron gente para asegurarle una populosa concurrencia y se notó en las banderas desplegadas entre el público.
La expectativa estaba puesta en lo que dijera el gobernador sobre la candidatura de Cristina Kirchner a presidir el PJ y la interna que le plantea el riojano Ricardo Quintela. «No me interesa disputar ninguna interna. La única pelea que me interesa es la pelea contra las políticas de (el presidente Javier) Milei», fue la definición de Kicillof.
De esta forma evitó apoyar explícitamente a la ex presidenta a pesar de la presión que trataron de meterle en las horas previas dirigentes de La Cámpora como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y la senadora Anabel Fernández Sagasti. Pero además de desmarcarse de la interna partidaria, Kicillof citó a la propia Cristina Kirchner para enviar el mensaje más contundente sobre la situación del peronismo: «En la discusión todos y todas somos iguales», afirmó.
¿Axel Kicillof se independiza de Cristina Kirchner?: la clave de su discurso frente a la interna del PJ
Luego del misterio que dejó la reunión que mantuvo con Cristina Kirchner días atrás (en la Provincia deslizaron que no se hizo y en el kirchnerismo que sí) Kicillof se cuidó de no decir nada que pudiera ser interpretado como un desafío ni mucho menos una ruptura con su hasta ahora jefa política. «Los días más felices siempre fueron peronistas, los mejores días siempre fueron con Cristina», dijo sobre le final de su discurso.
También defendió a la ex presidenta en el marco de la causa Vialidad y la posible ratificación de la condena por parte de la Cámara de Casación Federal, «un tribunal de la vergüenza», según lo definió Kicillof al trazar un paralelismo entre la «proscripción y persecución que le aplicó al general Perón» y la situación actual de la también ex vicepresidenta de Alberto Fernández.
Sin embargo, la mencionó pocas veces en comparación con sus referencias y agradecimientos a «el movimiento obrero (sindicatos), las organizaciones sociales, los intendentes», entre otros actores políticos. Más tiempo le dedicó a cuestionar al gobierno Milei y presentar su propia gestión en la Provincia no solo como contracara del modelo nacional sino también como muestra de que «hay un futuro distinto», con un inocultable tono de campaña.
Kicillof se guardó para el final de su discurso su opinión sobre la interna. «El peronismo sufrió una gran derrota y está en un momento de reflexión y de debate. Por eso, por favor, no tengamos miedo, no dramaticemos, como dice Cristina en su documento, acá no sobra nadie y en la discusión todos y todas somos iguales. Y como decía Néstor (Kirchner), con la verdad relativa de cada uno vamos a construir una síntesis superadora».
Con solo ese párrafo Kicillof resumió cuál es el rol que quiere jugar a partir de ahora. No quiere confrontar con Cristina ni con Máximo Kirchner, el líder de La Cámpora -y por eso dijo que su opinión sobre la interna «es unidad, unidad y unidad»- pero sí empezar a hablar de igual a igual desde su posición de gobernador del principal bastión electoral del peronismo.
Ciertamente, a ese lugar llegó gracias a la ex presidenta. Esto se lo remarcan cada vez con más énfasis los leales a Cristina Kirchner, con su hijo a la cabeza, que están a nada de calificarlo públicamente como «desagradecido» o «traidor» (algo peor para la sensibilidad peronista). Sin embargo, el gobernador ya está pensando en posicionarse para ser quien encabece el nuevo armado político y la renovación.
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