«Octubre será clave para ver cómo se avanza con la liberación del cepo». La frase, soltada por un funcionario de primera línea de la Casa Rosada, refleja el optimismo con que el Gobierno recibió el dato del costo de vida de septiembre, que cayó al 3,5%, el nivel más bajo desde noviembre de 2021.
En el Gobierno reconocen, además, que si bien con el cepo cambiario se puede crecer, como sostienen el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, sin esas restricciones cambiarias se podría mejorar aún mucho más la recuperación económica.
Con inflación y dólar a la baja, ¿se acerca el fin del cepo?
Mientras tanto, el Banco Central sigue eliminando restricciones al mercado de divisas. Ahora, aumentó el plazo máximo para que los «freelancers» ingresen sus dólares al país, lo que en cierto punto alivia la carga burocrática para estas personas y los costos asociados a este tipo de trámites.
Mediante la Comunicación A 8116, el organismo que preside Santiago Bausili oficializó la decisión de llevar ese plazo de los cinco días hábiles vigentes a los 20 días hábiles. El Central ya había decidido aflojar el cepo para este grupo de personas en julio, cuando duplicó de u$s12.000 a u$s24.000 anuales el monto que se puede ingresar sin necesidad de ser liquidado en mercado de cambios oficial.
La baja de la inflación llega en un buen momento para los activos argentinos, que vienen subiendo tanto en la Bolsa porteña como en Wall Street, donde cotizan los ADR.
La baja del dólar en las últimas semanas y el achique de la brecha cambiaria contribuyen también a hacer crecer la expectativa de una aproximación a la salida del cepo cambiario. Milei había señalado que esa decisión se tomaría cuando la inflación tendiera a cero.
La baja del costo de vida es un activo clave para la administración libertaria. Y por ello, el objetivo central es que continúen bajando los precios en el 2025, cuando habrá elecciones claves para el Congreso, donde Milei espera poder mejorar el bloque de diputados.
Con un costo de vida estimado en el 18,3% en el Presupuesto del año próximo, esa posibilidad se empieza a probar posible con el dato de septiembre. Los especialistas sigue estimando una inflación cercana al 35% para el 2025.
El Gobierno observa señales favorables como el buen resultado del blanqueo, ya que cálculos privados auguran ahora que podrían llegar a regularizarse unos 40.000 millones de dólares. Además, la regularización permitió que los depósitos en los bancos subieran en unos u$s13.000 millones.
En el equipo económico destacan que —en la actualidad— hay colocaciones por más de 20.000 millones de dólares en depósitos, mientras que las reservas netas negativas de unos 5.000 millones. Representa una mejora con relación a diciembre del 2023, cuando había 13.000 millones en depósitos y las reservas eran 11.000 millones negativos.
A esto se suma la posibilidad de que a principios de noviembre se formalicen las negociaciones con el FMI para un nuevo acuerdo, que podría representar el desembolso de dólares frescos.
Si los vientos son favorables, el arranque de esas conversaciones se produciría en paralelo a la decisión del Fondo Monetario de reducir los sobrecargos que aplica a las naciones altamente endeudadas como la Argentina.
Dirigentes oficialistas esperan además que un eventual triunfo de Donald Trump a comienzos de noviembre en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos facilite el otorgamiento de dinero fresco al país.
El equipo económico admite que, si bien la economía puede seguir recuperándose con cepo, para que la actividad tome impulso es necesario sacar las restricciones. «Es lo que permitirá que, por ejemplo, la Argentina vuelva a ser elegible por fondos de inversión», señalan cerca de la conducción económica.
Sujeto a los resultados que se vayan obteniendo en estos meses, en medios del Palacio de Hacienda se trabaja con la hipótesis de dar pasos significativos en el desmantelamiento del cepo con el comienzo del año próximo.
Inflación: el mercado prevé casi el doble que Javier Milei para 2025
En cuanto a la inflación, los analistas consultados por el BCRA en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) esperan una inflación del 35% para 2025, casi el doble del 18,3% proyectado por el Gobierno en el proyecto de Ley de Presupuesto presentado ante el Congreso por el presidente Javier Milei dos semanas atrás. Seguramente esa proyección bajará en los próximos informes, de confirmarse esta tendencia.
Un mes atrás, el REM pronosticaba un 38,3% para el próximo año. En cuanto al dato de los próximos 12 meses, se espera una inflación del 40,9%, casi 4 puntos porcentuales menos que el mes pasado. De esa forma, los datos del REM ratifican las previsiones tanto oficiales como privadas acerca del impacto de la reducción del impuesto PAIS sobre la inflación.
Según el secretario de Hacienda, Carlos Guterman, «la expectativa presupuestaria es que el cepo cambiario no se mantenga durante todo el 2025″. Esto entusiasma a los inversores y también al sector empresario, que la semana próxima realizará el Coloquio de IDEA, donde la cuestión cambiaria será uno de los temas claves.
Para el director Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, la inflación anual del próximo período se ubicará en torno al 30%.
Según esa entidad, los datos para la primera semana de octubre marcan una dinámica de precios incluso más lenta que septiembre, con lo que el IPC se podría acercar más al 3%.
Para Adrián Yarde Buller, economista jefe de Facimex Valores, el equipo económico aprovecha la calma cambiaria para seguir plenamente enfocado en la lucha contra la inflación.
Destacó que en septiembre «impactó la baja del Impuesto PAIS y eso explicó que las mediciones de inflación de las consultoras privadas estuvieran en el rango 3,2% a 3,8% mensual, con una mediana de 3,5% mensual, en línea con nuestra proyección».
En este escenario, los especialistas coinciden en que la baja de los dólares financieros desempeña un rol central para que el costo de vida vaya descendiendo en los próximos meses. A eso apuesta el Gobierno de Milei, que parece estar dispuesto a mantener una rígida restricción presupuestaria para lograrlo, más allá de que eso se traduzca en mayores protestas en las calles.