Boca resolvió el tema Gago pero abre otra polémica por la Bombonera: pide que no la consideren «patrimonio histórico» y poder ampliarla

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En Boca las polémicas se sucenden día tras día, y cuando no las hay se inventan. Resuelta la salida de Fernando Gago de Chivas de Guadalajara y a la espera de su viaje a la Argentina para convertirse en el nuevo DT del equipo, en la institución que preside Juan Román Riquelme apareció otro protagonista en escena: la Bombonera.

El mítico estadio que es un símbolo del fútbol argentino a nivel mundial pero que se queda chico frente a la convocatoria de sus socios e hinchas, es tema de debate constante, con proyectos frustrados de ampliación, planteos de mudanzas y muy pocas novedades, una dura realidad que lleva más de 30 años y parece no acabarse nunca.

El problema histórico en el Alberto J. Armando son los frentistas de las casas que se ubican detrás de los palcos: en caso de comprar esas propiedades, Boca podría construir una nueva platea con tres bandejas y sumar más de 30 mil ubicaciones. Desde Mauricio Macri al presente, nadie pudo resolverlo; tampoco Riquelme.

Ante la falta de resultados deportivos, desde Boca apuestan ahora a ampliar el aforo recurriendo a una alternativa que todavía no está clara ni anunciada, una costumbre de la gestión a cargo del exfutbolista que fue ídolo con la camiseta y el 10 en la espalda pero que empieza a ser mirado de reojo.

La Bombonera, repleta, una postal habitual en cada partido de Boca. Foto: REUTERS / Agustin Marcarian.La Bombonera, repleta, una postal habitual en cada partido de Boca. Foto: REUTERS / Agustin Marcarian.

El contraste es claro, mientras River amplía y moderniza el Más Monumental, hoy considerado uno de los estadios de fútbol con mayor capacidad en el mundo, en Boca trabajan sin pausa con obras para mejorar las instalaciones de la Bombonera pero siguen limitados respecto al aforo.

En ese contexto, este viernes se dio a conocer una controversia que fue planteada en términos de disputa política entre oficialismo y oposición pero que en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires intentaron aclarar.

En estas semanas, la Legislatura porteña se encuentra discutiendo el actual Código Urbanístico (CUr), votado en 2018 y que se actualiza cada cinco años. Allí se discuten por ejemplo las alturas que podrían permitirse en los barrios de zonas bajas, al igual que las profundidades y los pulmones de manzana, así como también todo lo relacionado con el patrimonio construido que caracteriza y le da identidad a la Ciudad.

Riquelme mira a Boca desde su palco. Foto: Maxi Failla.Riquelme mira a Boca desde su palco. Foto: Maxi Failla.

De esta manera, la Bombonera forma parte de un catálogo de más de 4.200 inmuebles construidos antes de 1941 que podrían ser considerados o no «patrimonio histórico» de Buenos Aires, una condición que le generaría prohibiciones y restricciones en caso de impulsar algún tipo de remodelación.

Para tener en cuenta, de acuerdo a una nota del diario Clarín del mes de septiembre, actualmente son 5.212 los inmuebles que ya forman parte del catálogo definitivo y están amparados por ley, con tres niveles distintos de protección.

  • Integral. Reconoce a aquellos inmuebles “de especial interés por sus altos valores histórico-culturales, arquitectónicos y urbanos”. Esta protección sólo admite trabajos de preservación y restauración, y es la más restrictiva. Por ejemplo, la Legislatura de la Ciudad o el Palacio Paz (frente a Plaza San Martín), ambos además Monumento Histórico Nacional.
  • Estructural. Admite modificaciones interiores y tareas de mantenimiento. Son los “inmuebles de carácter singular” por sus características arquitectónicas y con “valores histórico-culturales y urbanos”. Por ejemplo la sede Azopardo de la CGT tiene esta protección (también es Monumento Histórico Nacional).
  • Cautelar. Protege fachada pero permite intervención de los interiores; incluso ampliaciones del volumen ya construido. Reconoce los inmuebles “cuyo valor es el de constituir una referencia formal y cultural del área”; es la más permisiva de las protecciones. El bar «Esquina Homero Manzi», en San Juan y Boedo, tiene esta protección.

Boca había entrado a este catálogo preventivo en una resolución del año 2014 y como propietario nunca hecho valer su voluntad de recurrir esa posibilidad. «Incorpórese con carácter preventivo al catálogo de inmuebles patrimoniales de la Ciudad de Buenos Aires con Nivel Estructural», dice el Artículo 2, y entre las propiedades listadas se encuentra la ubicada entre el 701 y el 805 de la calle Brandsen.

Desde el club elevaron una nota a la Legislatura para que el GCBA descatalogue a la Bombonera y así evitar «trabas administrativas», según expresan. «Esta propuesta honra a nuestra Institución y reconoce el valor histórico de nuestro Estadio; pero emerge en un momento sumamente inoportuno en tanto generar trabas administrativas adicionales que dificultarán las inminentes obras proyectadas con el objeto de ampliar el aforo del mismo», dice la misiva firmada por la comisión directiva.

En otro tramo de la nota compartida por Boca queda clara la lectura política que se le hace al episodio, recordando que en las últimas elecciones llevadas a cabo en diciembre, Riquelme le ganó al candidato de Macri, Andrés Ibarra, que entre sus propuestas tenía en mente la construcción de un nuevo estadio.

La Bombonera y el sueño postergado de su ampliación: un problema que nadie supo resolver. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni.La Bombonera y el sueño postergado de su ampliación: un problema que nadie supo resolver. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni.

«Nos causa profunda alegría como hinchas de Boca, que la Legislatura porteña reconozca la importancia cultural de un Estadio que, hasta hace no mucho tiempo, algunos proponían demoler; aunque, insistimos, el modo en que se encuentra planteado el mismo no permitirá su ampliación para permitir un mayor aforo».

«Cabe advertir que la propuesta se contrapone con el interés de las socias y socios del Club Atlético Boca Juniors, en tanto, atenta contra sus posibilidades de disfrutar de los partidos de fútbol del club de sus amores. Es de conocimiento público y notorio que la cantidad de interesados en concurrir a los partidos es mayor a la capacidad disponible, y por lo tanto, afectar la posibilidad de agrandar la Bombonera, es postergar aún más en el tiempo una solución largamente esperada por los asociados», cierra la nota.

Desde el Gobierno de la Ciudad le aclararon la cuestión a Clarín explicando que están cumpliendo «su obligación legal de enviar a la discusión en la Legislatura todo el catálogo preventivo de inmuebles declarados patrimoniales anteriores a 1941. Es un conjunto de más de 4.000 inmuebles que la Legislatura debe evaluar incluirlos en el catálogo definitivo de inmuebles patrimoniales», según apuntaron fuentes municipales.

Y agregan: «En el caso de la Bombonera, ese inmueble ya tiene un grado de catalogación que es estructural. Ese status lo define el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales, un organismo independiente integrado por instituciones y entidades. Es la Legislatura quien está llevando adelante el tratamiento y definirá si lo incorpora o no al catálogo definitivo para que quede firme».

De acuerdo a lo que se dice en el GCBA, lo más probable es que la Bombonera no termine quedando en ese catálogo y pueda tener libertad total para iniciar unas obras que todavía no fueron anunciadas. Desde Boca aseguran que este planteo fue una manera de anticiparse a una posible sorpresa surgida desde un municipio cercano a Macri, un apellido que es mala palabra en el universo Riquelme.

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